Primero.
Y ahora quiero hacer referencia sobre un hecho deportivo que ha sucedido en estos primeros días del mes de mayo de 2022 en Madrid, que ha tenido mucha repercusión en la historia del tenis español y mundial. Pues ha surgido un tenista español llamado Carlos Alcaráz que ha ganado el trofeo de tenis de Madrid, para lo cual ha tenido que ganar, a lo largo de tres días consecutivos al primero, al segundo y al cuarto del ranquin mundial de tenis, lo cual ha sido una hazaña deportiva en el tenis mundial, como no se había visto nunca. Pero no ha sido una casualidad, por lo que ha ganado el torneo, sino que ha demostrado que en la actualidad es el mejor jugador de tenis del mundo, pues con 19 años recién cumplidos ha ganado a los tres mejores jugadores del mundo, uno detrás de otro. Y esa grandísima hazaña deportiva que ha conseguido es el principio de lo que hoy por hoy ya tiene consolidado, de lo que va a ser su carrera deportiva, con la que creo que va a asombrar al mundo entero. Y esta gran hazaña me va a permitir hacer un intento de juego deportivo entre él y yo, pues soy deportista como él, aunque estamos a muy distintos niveles como no puede ser de otra manera, pero él, a través del deporte también busca la salud como yo y es ahí, en este apartado de la salud, donde también estamos a distintos niveles como en el deportivo. Pero a pesar de toda la diferencia de edad, quiero mantener una competición deportiva imaginaria, para ver quien es capaz de mantener la salud, el más tiempo posible de los dos.
Y una vez expuesto el hecho deportivo que ha asombrado al mundo, voy a exponeros la propuesta que quiero hacer también a nivel mundial, pues lo mismo que el deporte interesa a una gran parte del mundo, la propia salud de todas las personas, interesa a todos los seres vivos existentes en la tierra. Y la propuesta que voy a hacerme a mí mismo, ya que Carlos en este asunto no va a intervenir para nada, pues él solamente va a ser un referente para mí en el asunto que estamos tratando de la salud, que es el siguiente: Él tiene en este momento 19 años y yo tengo 80 años, que, si lo traspasamos a la realidad de la vida de las personas que viven en este mundo, el estaría o está en el principio de una vida fenomenal y esplendorosamente agradable de vivir. Y yo, sin embargo, basándonos en esa misma realidad, estaría entrando o a punto de entrar en una vida, que según fuera avanzando en ella, los problemas de todo tipo serían los que, por desgracia para mí, dominarían mi vida según fueran avanzando los días.
Y una vez expuesto lo que acabo de decir, digo lo siguiente: me propongo a mí mismo que según el Proyecto de Membrillo y Salud, éste Tercer Periodo de mi vida, que, si Dios quiere, tendría una duración de 40 años, lo he dividido en dos partes de 20 años cada una y a la vez los 20 años primeros en tres fases de siete años cada una, lo cual supondría un total de 21 años, que me llevaría hasta los 101 años. Y por otro lado a Carlos Alcaráz, pero solamente de una manera comparativa, por lo cual no hace ninguna falta el que ni siquiera nos conozcamos. Y si sumamos a sus 19 años, otros 21 años más, esto supondría 40 años. Y llegando a esas edades, tanto él como yo de la misma forma, pues esto se puede hacer perfectamente, sin molestarle a él para nada en absoluto, podríamos saber cual es nuestra salud real y verdadera solamente con que tengamos interés en comprobarlo. Y a partir de ese momento seguir viviendo cada uno su vida, como hemos hecho hasta entonces, que habremos mantenido entre los dos un cierto tipo de referencias, para lo cual, como he dicho antes, no hace falta ni que nos conozcamos. Pues siempre serán muy fáciles de seguir nuestras trayectorias, pues por sus campeonatos, y competiciones de todo tipo del más alto nivel, siempre tendrán un lugar importante, en los medios de comunicación de todo el mundo. Y en mi caso, por mi búsqueda y deseo constante de vivir en y con plena salud, siempre se me podrá seguir por la página web, donde seguiré exponiendo todos mis argumentos y actividades de todos tipo, tanto de mi cuerpo como de mi espíritu, ya que me permitirán disfrutar la salud que deseo poseer, para compartirla con todas aquellas personas que estén interesadas en su propia salud, que tanto nos debe interesar, para poderla disfrutar todos juntos de las distintas maneras, que cada persona se sienta beneficiado por ella, para que entre todos y unidos por un mismo fin, podamos sentirnos alegres y felices.
Porque el problema que le puede suceder a este grandísimo tenista, es que le pase lo que a muchos otros de los grandes campeones olímpicos y mundiales, de todo tipo de deporte, que unos años después de abandonar la práctica de la alta competición, que ya no solamente sucede en la alta competición, sino que ya se ha extendido a todos los niveles deportivos, empiezan a ser plenamente consciente que la salud, que se supone la tendrían que disfrutar todas las personas que fueran practicantes del deporte, brilla por su ausencia y según vaya pasando el tiempo brillará mucho menos. Y esto no hace falta que lo diga ningún experto en la materia, sino que cualquier persona que tenga sentido común, que cada vez abunda menos y que esté relacionado de alguna forma con el deporte en general, podrá comprobar en sus movimientos y acciones tanto físicas como mentales, en todos ellos, pero fundamentalmente en su rostro que está envejecido y aparenta más años de los que realmente tiene. Lo cual quiere decir exactamente que si no todos, parte de algunos de los órganos de su cuerpo están envejecidos y no es precisamente por el esfuerzo, entrenamientos, o el abuso de competiciones etc., por lo que están cansados y agotados, sino que sus órganos internos (hígado, riñón, pulmón, corazón etc.), han vivido más intensamente de lo que realmente correspondería a su edad. O sea, para que lo entiendan todos y fácilmente, esos órganos deteriorados, realmente no tiene 40 o 50 años que indica el carnet de identidad, sino 70 u 80 años por lo menos, que es la edad que realmente tienen los órganos vitales suyos, como consecuencia de que han vivido de una manera incorrecta, por el abuso excesivo de productos varios, para conseguir unos rápidos resultados, sin tener en cuenta, que todo ello iba a deteriorar esos órganos, que han sido sometidos a un trabajo excesivo, que ha repercutido negativamente en su propia salud. Pues sencillamente ese funcionamiento, no era el que deberían haber tenido esos órganos, mientras competían deportivamente, todo lo cual ha permitido que su salud haya sido dañada. Y a partir de entonces, la enfermedad, dolencias, etc., cada vez será más difícil de soportar, pues los problemas, cada día que pasa, aumentan más. Y no es ésta precisamente, la idea que siempre hemos tenido sobre el deportista, que siempre se le tenía como ejemplo de salud entre todas las personas.
Después de este torneo de Madrid, donde Rafael Nadal fue eliminado por Carlos, Nadal fue a Roma a competir en otro torneo de tenis, donde también fue eliminado. Y al día siguiente en la televisión, le escuché el siguiente comentario a la pregunta que le hizo un periodista: Lo peor de la lesión no es que nos impida hacer o practicar deporte, sino que no nos permite vivir. Y ésta terrible frase del supercampeón Nadal, es lo que me animó a hacer una referencia en mi página web, sobre cómo son hoy, muchos de los finales de vida deportiva de los grandes campeones, después de sus días de gloria. Y como son los principios de su vida, al volver a la realidad de la normalidad, a la que tendría que acoplarse, pero que el hacerlo le resultará muy difícil. Por si sirve a alguien o alguno, de los muchísimos jóvenes que en la actualidad sueñan con ellos, para que sepan que una cosa es el espectáculo de la alta competición, donde todo vale, con tal de conseguir la máxima expectación del público en general, que son los que tienen que divertirse, para que puedan seguir asistiendo a los espectáculos. Y otra muy distinta la práctica del deporte como formación, disciplina, etc. que siempre nos tiene que servir para formarnos y prepararnos, para poder ser siempre positivos, a lo largo de toda nuestra vida real y completa, donde la alta competición debe ocupar una parcela pequeña de lo que tiene que ser nuestra vida total. Porque para eso nos hemos entrenado, competido y hemos aprendido a vivir, tanto en la derrota como en los fracasos, que forman parte de una manera importantísima, en la vida de todo deportista, fundamentalmente por el motivo de las lesiones, de las que existen muchas y de diversos tipos, de las que hablaremos más adelante, pues superar las lesiones nos enseñan y nos dan confianza a nosotros mismos y sin embargo en estos tiempos actuales, a los que hago referencia, existen unas falsas recuperaciones y las llamo falsas, porque no existe en ningún momento, el más mínimo interés en su curación, como os indiqué en la ventana de la formación deportiva. Pues esa curación sería larga y lo único que saben los médicos es que no hay tiempo que perder, porque la vida del deportista es corta. Y esto lo sabe el deportista y todo el equipo de personas que componen su entorno o equipo de trabajo, pues hoy, el deportista de la alta competición es una Sociedad Anónima. Y lo más rápido y seguro es dormirle la lesión para evitar que exista el dolor, pues si no hay dolor, que es lo que realmente nos confirma que existe la lesión, ésta no existe. “Ja, ja, ja”. Todo lo cual conducirá a todo deportista que haya pasado y acabado en esa situación, a un estado de tristeza y angustia que es como va a ser su final deportivo. Por este motivo hablaremos de Rafael Nadal, cuando pase un tiempo y veamos toda su estela de gloria, con más sosiego y tranquilidad, a la vez que veremos también la terminación de alguno de los otros grandes deportistas que por sus méritos deportivos, merecen un tratamiento especial.
Y luego también están las victorias, que si las sabemos usar en positivo con la idea de que nos ayuden en nuestra formación para vivir nuestra verdadera vida que normalmente tendría que ser mucho más larga y complicada que nuestros días (años) de más o menos gloria deportiva. Y esto es una de las cosas maravillosas que siempre tiene todo tipo de deporte, que tanto los fracasos como las victorias siempre nos tienen que ayudar a vivir la etapa más importante de nuestra vida. Sobre lo cual seguiremos hablando, pues tanto las lesiones, derrotas o victorias, según aprendamos a valorarlas, siempre serán de una enorme importancia, pues todas ellas, de una forma u otra, nos ayudarán a vivir a cada uno su propia vida. Pues siempre serán un depósito de conocimientos y experiencias, que los tendremos a nuestra disposición, a lo largo del resto de nuestra vida.