Y cada una de las pruebas que me sobrevienen, me proporcionan un nuevo conocimiento y comienzo a entender la utilidad que tiene el sufrimiento y las contradicciones, en el mundo de la formación y educación del ser humano. Pero sucede, que como es normal que suceda en el principio de todo camino nuevo, que no sepa muy bien a donde voy y por donde tengo que ir para llegar a un estado que no conozco, pero toda esa lucha me ayuda a encontrarme cada vez mejor, lo cual me fortalece, reconforta y me anima a seguir hacia delante, con el deseo de encontrar la verdad en mi vida y es por eso que la vida que mantengo sea austera y solitaria. Pues no siempre el camino que ando, lo hago hacia adelante, pues también tiene sus paradas y retrocesos. Y todo ello resultaría bastante inconcebible para los que me rodean, pues además es difícil de explicar para que lo entendieran. Y la única razón que encuentro para seguir adelante, es mirar hacia atrás y ver el recorrido que había hecho y comprobar a simple vista y por mí mismo, el estado en que me encontraba anteriormente y por otro lado la situación en la que me encuentro en ese momento. Y al comprobar la realidad, no tenía ninguna duda y decidía seguir hacia delante, lo cual era muy agradable para mí, que me fortalecía cada vez más para seguir hacia la meta final.
Pues el camino que intento seguir, como he dicho antes, nadie lo conoce hasta el día de hoy, porque ninguna persona lo ha conseguido recorrer y mucho menos hasta el final. Por todo ello no existe ningún maestro y mucho menos algún libro, que haga la más mínima referencia a lo que quiero conseguir. Y esto hace que en un principio, en algunos momentos o situaciones, no tenga muy claro en mi cabeza el camino que tenía que recorrer y a veces se me hace oscuro, lo cual no me ayuda mucho a querer seguir hacia delante, pues a veces, todo lo que veía en mi interior eran sombras y confusión que podrían llevarme a un situación de ilusiones frustradas. Y para ayudarme a mí mismo, me repito una y otra vez, para no perderme y abandonar la lucha en la que me había metido, que la única solución que tenía era pararme al final del camino recorrido y mirar hacia atrás y ver que aunque en ese momento me encontraba aturdido y desilusionado, la situación en la que me encontraba no tenía nada que ver con el estado, tanto físico como mental, que tenía anteriormente. Y todo ello me animaba y me hacía sentirme con ganas, otra vez, para seguir adelante con mi proyecto. Pues todo me indicaba, con bastante claridad, que si quería conseguir algo positivo en el trabajo que me traía entre manos, todo era cuestión de que me concentrara fuertemente, en no salirme del camino que estaba recorriendo, si quería llegar hasta el final del proyecto, que me había propuesto como meta en mi vida.
Pues debemos de tener la seguridad absoluta que existen dos Poderes superiores al hombre disputándose el mundo en el que vivimos: Las tinieblas contra la Luz, que es lo mismo que decir el mal contra el Bien. El mal proponiendo nuestra felicidad, a la cual tenemos derecho por el hecho de ser humanos, lo que supone la rebeldía contra la desgracia, la búsqueda del goce en sí mismo, la divinización de la humanidad, etc. Y el Bien, presentando la vida como una prueba, en la que nos preparamos para otra vida mejor. En la que aparece la resignación, el sacrificio, como una existencia enteramente aceptada por nosotros. Que compartimos con otros seres humanos, por medio del: Trabajo, familia, hijos, sobriedad, renuncia, etc. para que de la manera más sencilla y simple, aparezca en nuestra vida, la felicidad terrenal, que es la única felicidad que el hombre puede disfrutar en esta tierra.
Y ahora quiero rendir un profundo homenaje, a todos los millones y millones de seres humanos, que durante su vida han conseguido hacer posible, que esa felicidad terrenal que iban construyendo poco a poco, con sus hechos y acciones diarias, llegasen hasta nosotros. Pues es a esa felicidad a la que quiero aspirar, como representante de todos aquellos hombres que han vivido antes que yo. Que aunque eran débiles y sentían esa debilidad dentro de ellos, en su interior, siempre mantenían el deseo de vivir en la alegría y la esperanza. Con apariencia de tristeza, pero siempre alegres, interiormente pobres, pero enriqueciendo a los demás con sus consejos y experiencia, no teniendo nada en apariencia y sin embargo poseyéndolo todo lo que realmente necesitaban. Lo que les permitía ser optimistas en su interior y todo ello les ayudaba a repartir la energía vital que a ellos les sobraba. Gracias a la constante y buena voluntad, que siempre disponían para el servicio a los demás. Lo que les hacía estar siempre dispuestos a sufrir cualquier circunstancia negativa que le pudiera sobrevenir, lo mismo que ser frio e inalterable ante los goces materiales de sus semejantes y convecinos. Pues él realmente lo que quería mantener y defender interiormente es la Verdad, que de una manera más o menos clara intuía que existía realmente. Y todo ello le era posible mantenerlo, por la humildad y sencillez de la vida diaria en la que se mantenía, que le ayudaba a alejarse cada vez más, del escepticismo elegante y estéril que mantenían todos aquellos elegantes y brillantes intelectuales, como de todos aquellos otros grandes hombres triunfadores y colmados de gloria, pero que carecían de esa fe robusta y alegre que siempre tenemos que mantener en la verdadera vida, que es la interior del ser humano (espíritu). Y esa postura ante la vida y la muerte, es la que le permite mantener la certidumbre de la victoria final del Bien y la Verdad, que es de donde ellos extraían su fuerza vital, que es donde quiero mantenerme y espero que muchos de vosotros lo hagáis también.
Por lo tanto no abandonemos nunca la búsqueda de la Verdad, aunque esto nos suponga la soledad, con respecto a la vida en compañía de otros hombres. Pues nunca podremos vivir manteniéndonos entre la mentira y la Verdad y por tanto la Verdad, tendrá que ser nuestro destino final, aunque nuestra vida se mantenga en la soledad. Pero es necesario conocer también, que en esos momentos duros y difíciles, recibiremos en forma de prueba para ver como lo aceptamos, que también aparecerá ante nosotros, alguna ayuda o socorro prodigioso, que nos aliviará y ayudará a superar el difícil trance, en el que nos encontráramos. Porque si la rechazamos por ser una ayuda que no nos interesa aceptar, nuestra vida se convertirá en un infierno, pues solamente nos podremos dedicar a trabajar y a tener algún rato de ocio o placer que cada vez serán más pequeños, hasta llegar a que sean casi inexistentes. Y para romper ese círculo totalmente negativo, en el que nos meteríamos si siguiéramos por el camino de rechazar la búsqueda de la Verdad, no tendríamos más remedio que recomponer interiormente la tan abandonada e indeseable Conciencia, que todos los seres humanos tenemos, para poder recuperar esa potente lucidez, que nos permitirá comprender nuestra condición humana, lo cual será como hacer para con nosotros mismos, una obra de caridad en beneficio nuestro. Que lo primero que nos permitirá ver, es que en el fondo de nosotros mismos, siempre ha existido una voz que de una forma más o menos clara, siempre nos ha intentado hacer reflexionar, sobre los actos y acciones que realizábamos en cada momento de nuestra vida, en concordancia con nuestra Conciencia. Y de esa manera, con esa postura clarificadora, poder decidir por nosotros mismos, sobre lo que hacíamos o no hacíamos en nuestra vida en todo tipo de actividades. Que es todo lo contrario de lo que hacemos normalmente, o sea intentar no pensar nunca en nosotros mismos, para no tener conciencia de nada de lo que habíamos hecho, ya que lo que buscábamos era no analizarnos interiormente. Y de esa manera nos convertíamos en una máquina de trabajo. Añadiéndole a ello, algunas cosas más o menos divertidas, lecturas, deporte, pasatiempos etc. Y con todo eso, ¿acaso, no perseguimos sino otra cosa que paralizar el funcionamiento de la conciencia? Y todo ello, o sea nuestra vida entera, exactamente lo mismo que la de todos los hombres. ¿No sería acaso una constante huida hacia el vacío, ante la siniestra realidad, de nuestra miserable condición humana?. Por tanto si queremos encontrar un motivo para vivir nuestra vida, no tenemos más remedio que recuperar nuestra Conciencia, que es la que nos indicará como tenemos que vivir la vida, si queremos tener un futuro feliz de verdad.
Porque si no lo hacemos así, nuestra vida será nada más que la vida de un ser irracional, que dependerá cada vez más de la ciencia egoísta e interesada que tiene como uno de sus objetivos la medicina actual, que la ejerce con total egoísmo e interés y por esos motivos, de momento no hace nada más que prolongar la vida de los enfermos e inválidos, con un mantenimiento de todos aquellos que lo necesitan, ya que por unos u otros motivos, han sufrido unas taras físicas en el propio nacimiento o después a lo largo de su vida, que por estar llenos de cosas y circunstancias especiales o duros accidentes de todo tipo, que los llevan a tener que someterse a unas operaciones enormes y cada vez más formidables, que les ayudan a vivir más agradablemente, pero siempre sometidos a una dura y complicada forma de vida. Pero en ningún momento, de manera seria y positiva, se busca la salud en general para los seres humanos y mucho menos el desarrollo de la razón humana. Y esto es lo contradictorio del mundo moderno, pues si el hombre no es nada más que un ser irracional, por que desprecia todo lo que tiene de espíritu, qué es lo que verdaderamente le diferencia del mundo animal y vegetal. ¿Por qué no actúa solamente como un ser animal y utiliza sus mismos métodos de vida, con todas sus consecuencias, y no solamente en la parte que más le interesa a cada uno?.
Y este es el gran conflicto que mantiene actualmente la humanidad, que es entre la Razón y la Ciencia, pero sabiendo que en la actualidad no es completo, ya que está mal descrito el título de Ciencia pues actualmente existen dos clases de Ciencia. La diferencia consiste fundamentalmente en los resultados que quieren conseguir cada una de ellas. Pues tanto la Razón como la Ciencia siempre tienen como fin la intención de mejorar la vida de las personas. O sea que el ser humano con su trabajo individual que dedica a su mejoría personal, una vez que lo consolida en su propio beneficio, quiera poder ayudar con sus conocimientos a todas las personas que pueda, que cuantas más sean, será mejor para quienes los disfruten. Y así vemos y comprobamos, que los resultados buscados, tanto por la Razón como por la Ciencia, son los mismos y por esa razón, nunca pueden existir diferencia ni luchas entre ellos. Y luego está la mala ciencia, que es en sí misma egoísta e interesada, que está el servicio de unas pocas personas para su servicio y beneficio personal. Por lo tanto el conflicto que debe existir será sencillamente entre la Ciencia, que siempre tendrá la misma misión, que es la búsqueda de la ayuda a las personas. Y por otro lado, la ciencia egoísta e interesada que siempre tendrá como principal y único objetivo, el beneficio económico de las personas que tienen el control de esas empresas. O sea, que si queremos entender alguna de las cosas que suceden actualmente, para no dejarnos engañar, tenemos que saber diferenciar las dos clases que existen: La Ciencia y la ciencia egoísta e interesada. Y por eso mismo, a pesar de todas las cosas que nos dicen para confundirnos, seguimos creyendo que es en la Conciencia donde se encuentra la Razón y la Ciencia. Y es por esa causa, por lo que la ciencia mala, para intentar conseguir confundirnos quiere cada vez más divinizarse, con lo que se contradice una vez más a sí misma. Y en esa lucha es en la que nos encontramos actualmente, que para conseguir la victoria la ciencia falsa, va a utilizar las fuerzas de todo lo que tiene en su poder, basado en la física y la química fundamentalmente entre otras cosas y todo tipo de argumentos científicos, con los que va a intentar asombrar y deslumbrar al mundo moderno, utilizándolas como morfina, con la cual les van a introducir en un sueño malefluo y engañoso, hasta que sean despertados por una gran Trompeta, que les iluminará para que vean cada uno en su Conciencia, la realidad de lo que es la verdadera y única Verdad. Y por eso tenemos que luchar por el triunfo de esa Verdad, suceda lo que suceda, realizando todos los sacrificios necesarios, por haber sido llamados y elegidos para divulgarla. ¿No es por tanto para mí, si eso es cierto, un maravilloso destino? ¿Qué obra de caridad, podría comparársela, si fuera posible llevarla hasta el fin?. Porque el bien que se pueda hacer a los hombres siempre será pasajero, pero si se les trasmite la Verdad, esa obra siempre será eterna.